Artesanía y venta Ambulante
Inicialmente, Eleuterio y Amalia se abocaron a la fabricación artesanal y venta ambulante de caramelos, helados y maní tostado. El empeño personal aunado a la calidad de las materias primas y el esmero en la elaboración hicieron que los productos pronto alcanzaran merecida fama, y el progreso del emprendimiento se vio reflejado en la instalación de un establecimiento para la producción mecanizada de dulces, mermeladas y jaleas, constituyéndose en una de las industrias pioneras en la provincia.
En la “Madre de Ciudades” como se conoce a Santiago por haber sido el punto de partida para la fundación de numerosas poblaciones, durante el periodo colonial, se recuerdan los coloridos carritos tirados por “petizos” que, por iniciativa del matrimonio Aza, recorrían sus calles ofreciendo helados en verano, caramelos y mani tostado en el invierno.
Años más tarde, los descendientes de Eleuterio y Amalia se dedicaron a otras actividades y profesiones, mientras Santiago continúo en el rubro junto con su esposa Sara Durgam a partir de 1950, dedicado a la venta de golosina y anexos. Comienzo que se encontró marcado por una estrecha relación con la familia Pagani siendo así uno de los clientes más antiguos de Arcor. Reconocimiento recibido a través de una placa en conmemoración por este motivo en la fiesta de los 60 años de la firma. Con el fallecimiento de Don Santiago en 1973 los sucedió Enrique uno de sus tres hijos quien forjo la historia de la empresa junto a su madre Doña Sara. En esta etapa la empresa tuvo un fuerte desarrollo y expansión, la que llevo a ser líder en golosinas en la provincia y reconocimiento de sus proveedores en el norte argentino. En la actualidad Santiago R. (cuarta generación) se prepara para continuar la conducción de la empresa, teniendo el honor de llevar igual nombre que su abuelo.
